lunes, 22 de septiembre de 2008

SINBRUXTUS

Por lo general todos aspiramos a engendrar hombres y mujeres de bien, de inculcarles nuestra integridad y nuestros valores a esos hijos que aun no tenemos y que anhelamos para que sirvan de soporte a la sociedad; pues teniendo esa idea en mente imaginen cual fue el desvarío que viví al despertar de tremenda pesadilla: Soñando con mi futura familia pregunté: Mi hijo y que quieres ser cuando seas grande? – Sindicalista papi, sindicalista…..


No se que será peor, tener como hijo un confeso criminal o un activo militante de uno de los tantos sindicatos, yo creo que preferiría al primero, ya el hecho de ser confeso le suma meritos que el sindicalista muy probablemente no tiene. Adviertan que no me refiero al “sindicato” como institución jurídica y propia del derecho del trabajo sino más bien a la mafia monopolica e irracional que brutamente pretende imponerse en nuestro desarrollo como nación, dígase todo ese combo de maleantes que se agrupan bajo el manto de un mal denominado “sindicato”.


Personalmente no sabría traducir al lenguaje las sensaciones que experimento cada vez que escucho o leo algún comunicado de un portavoz de las mafias que astutamente han logrado que en este país se les designe como sindicalistas, es una mezcla de decepción, resignación, pique, tirria, amargura, algo próximo al odio con pequeñas dosis de animadversión combinadas con porciones dispersas de hiel extraída de los más recóndito de mis entrañas, todo combinado para crear en mi animo “algo” que aún no logro definir y que en lo adelante para fines empíricos denominaré un “sinbruxtus”.


Rueguen a Dios no padecer los embates de un sinbruxtus, ya que desde que reciben el primero su corazón no será el mismo, su presión aumentará gradualmente y si lo reciben sin contar con el remedio adecuado en el momento oportuno, las puertas, paredes, volante de vehículos, o cualquier otro objeto que por accidente se encuentre en sus manos o próximo a estas, recibirá el embiste de su puño o bien de una patada.


Fue precisamente un sinbruxtus lo que sufrí en el sueño que refería y que al instante me hizo despertar agradeciendo a Dios que sólo fue un sueño.


No me sorprenderá el momento en que escuche por la radio algún remedio efectivo contra un sinbruxtus, por ahora los remito a acudir a la cura tradicional: beberse una cerveza en compañía de amigos o familiares y desahogarse, esta científicamente comprobado que los sinbruxtus conforman una función creciente con el nivel de cargas mentales que se tiene, es decir, a mayor carga mental mayor será el sinbruxtus y a menor carga mental menor será el sinbruxtus. Desahóguense!! Y prevengan los sinbruxtus de los “!#$%&/() sindicalistas!!


Perdonen si mi desahogo es causa de alguna molestia, no fue esa mi intención y si ven algún sindicalista decidle por favor que mí problema no es con él sino con el sindicato.

1 comentario:

Jatr dijo...

Se esta convirtiendo el Colegio Medico Dominicano en un vulgar sindicato dominicano???