jueves, 11 de diciembre de 2008

PARA HUELGA DE HAMBRE: ESTIMULANTE DE APETITO

Hoy leí en la prensa local que los sindimafistas, perdón, sindicalistas, incluyeron más de sus miembros en la huelga de hambre con la que ahora nos sorprenden. Cien son los delincuentes, perdón de nuevo, los sindicalistas que, voluntariamente, se someten a la hambruna y no puedo dejar de pensar en la grandiosa oportunidad que la vida nos ofrece para matar, literalmente, cien pájaros de un tiro.


Aunque primero habremos de proponerlo a los estamentos de lugar tengo la propuesta: me parece bastante atinado que estando todos ellos ahí, postrados, dizque carentes de alimento y sin saber que de su sufrimiento sólo son victimas sus allegados ya que muchos como yo con cien balas y un fusil resolvería el asunto, pero en fin, entiendo que deberíamos de consolidarnos con sus protestas y enviarles ingentes cajas de Gelnorex o cualquier otro estimulante de apetito de esos que se comercializan por ahí, me atrevo a apostar que todas las farmacéuticas donarían los susodichos productos, ya que seguro, que de alguna manera u otra, habrán sido victimas de esa partida de delincuentes que se hacen llamar sindicalistas.


Al ofrecerles dicha ayuda es muy probable que al ingerir los estimulantes el hambre les llegaría pronto y esperemos, o mejor recemos, que con ella les venga la muerte!!! Si un sindicalista equivale a la alegría de 10 ciudadanos, entonces de esta forma haríamos a 1000 personas más feliz de lo que eran, yo incluido por supuesto (la verdad es que el utilitarismo lo llevo en la sangre jejeje).


No se ofendan ni tampoco se dejen llevar de mis instintos de sicario, gracias a Dios no pasan más allá de palabra escrita y por ende no conocen el principio de ejecución, pero es que estos “#$/())#$% sindicalistas sacan lo peor de mi.


Por ahora los dejo porque ya siento en mí las convulsiones de un sinbruxtus y por ende necesito de inmediato el anhelado medicamento de envase verde que, especialmente para ello, prepara la “farmacéutica” E. León Jiménez.

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